sábado, febrero 27, 2010

La francotiradora ucraniana

Lyudmila Pavlichenko nació en una pequeña aldea de Belaya Tserkov en Ucrania, el 12 de Julio de 1916. Desde los primeros años escolares se destacó como una excelente estudiante en su pueblo natal, pero a sus catorce años tuvo que trasladarse con sus padres a Kiev, la capital ucraniana, y es allí cuando se une al club de tiro como actividad extracurricular para paliar la soledad y el aburrimiento, ya que como recién llegada, no conocía a nadie en la gran ciudad, y su natutal timidez le impedía hacer nuevos amigos. Adicionalmente también tuvo la suerte de conseguir trabajo en un molino cercano.
Su juventud se desarrolló casi monótonamente, del colegio al club de tiro, después al molino a trabajar y luego de vuelta a casa. Su reservada personalidad le permitió cumplir esta rutina al pie de la letra durante varios años, hasta que empezó a destacar y conformó el equipo de tiro deportivo de la ciudad.

Lyudmila Pavlichenko

Corría el año de 1941 cuando Lyudmila Pavlichenko estudiaba Historia en la Universidad de Kiev ya que su anhelo era el de convertirse en profesora de secundaria. Ese mismo año Hitler puso en marcha la Operación Barbarroja, que era el plan de invasión de Alemania a la Unión Soviética, y Lyudmila tuvo que abandonar abruptamente sus estudios para alistarse en la defensa de su país.
Inicialmente fue asignada como ayudante de enfermería lo cual le disgustó, ya que ella esperaba ser tomada en cuenta para el frente de batalla, pensaba que sería más útil a su país en lo que mejor sabía hacer: disparando. Al mostrar su certificado que le avalaba como tiradora amateur, fue asignada a la 25ª división de infantería, sitio donde realmente se sintió a gusto.

La división de infantería a la que pertenecía Lyudmila fue enviada a defender la ciudad de Odessa, y en esas frías trincheras fue donde esta valiente mujer se dio a conocer: "Donde Lyudmila ponía el ojo, ponía la bala..."
Empezó a crecer el mito, ya que apenas a los dos meses de llegar, la ucraniana había dado de baja a 190 soldados alemanes con su fusil Mosin-Nagant, a un promedio de 2,5 nazis diarios. Si todos los soldados hubiesen tenido la misma puntería que Lyudmila, la ciudad no hubiera caído en manos de los alemanes como en efecto sucedió, por lo que la eficaz tiradora debió ser trasladada a otras unidades donde se requerían sus servicios.


La carismática Lyudmila siguió haciendo lo que más le gustaba: disparar a los alemanes. Cuando alcanzó el grado de teniente, ostentaba el récord de haber dado de baja a 309 soldados enemigos, de los cuales 36 eran francotiradores nazis.
Tras un año de servicio en el frente de batalla, Lyudmila fue alcanzada por fuego de mortero y retirada del frente. Cuando estuvo completamente recuperada el gobierno soviético decidió ya no enviarla al campo de batalla, sino que lo utilizó para hacer propaganda política. De hecho fue enviada a los Estados Unidos donde fue recibida por el mismísimo presidente Roosevelt y su esposa en la Casa Blanca, ofreció discursos en Nueva York, y más tarde avanzó con su proselitismo hasta Canadá.


Lyudmila Pavlichenko nunca volvió al frente y con el grado de mayor trabajó como instructora de francotiradores.
Terminada la "Gran Guerra Patria" recibió la Estrella de Oro de la Unión Soviética y retornó a la Universidad de Kiev, donde terminó su carrera y se convirtió en Historiadora.
Un dato interesante es que de las casi dos mil francotiradoras que llegó a tener el ejército soviético, apenas sobrevivieron unas quinientas.
Lyudmila murió el 10 de Octubre de 1.974 en Moscú.

Fuentes:
Mundo Historia, EnzoDavid, Soviet-awards

19 comentarios:

seraquenoseve dijo...

Ha caray, nunca me hubiera imaginado que una mujer en esa época fuera "francotiradora" y ademas que matara nazis. O_O

Que sorprendete, y que alegría saber que pudo volver a lo que era su sueño, y terminar su carrera de historiadora!!!

Beso Carlos!!!

TORO SALVAJE dijo...

Francotiradoras.
Sorpresa.
No lo sabia.

Saludos.

lopillas dijo...

Estos post me dan siempre grima, pero la historia es esta y esto es lo que hay "lo que más le gustaba: disparar a los alemanes" uff con la guerra.
Besote, Carlos

Javier dijo...

una francotiradora... interesante, no sabía de ellas!

Al� Reyes dijo...

Terrible para esos soldados alemanes tener que vérselas con una mujer como esa.

La pregunta es ¿Cómo es que podían diferenciar que 36 soldados de la Wetmat eran francotiradores? ¿ Acaso el arma?

El antifaz dijo...

Tristísimo que haya nadie que dispare contra otra persona.
Tristísimo que haya mujeres que sean honradas por hacer de hombres.

Saludos.

Belén dijo...

Mírala, con lo buena chica que parecia...

Besicos

Cecy dijo...

Yo, tampoco lo sabia.

Me has sorprendido.
Va, siempre me sorprendo con tus post.


:)

Besotes.

Gizela dijo...

Esto nunca lo había escuchado, ni siquiera me lo imaginé.
Menos mal que sobrevivió y pudo hacer realidad su sueño.
Besotes y lindo domingo Carlos

Asturiela dijo...

francotiradoras... siempre se aprende algo nuevo contigo.


besos a punta de bala.

Noelia dijo...

que tal el finde???? un besitoooo y buena semana y buen comienzo de marzo

MaLena Ezcurra dijo...

Siempre son interesantes tus entradas,

Las mujeres ocupamos cualquier rol, hasta el de francotiradoras.


Buena semana compañero.



M.

Dragonfly dijo...

Que interesante...

Besos ;)

GABU dijo...

Creo que ese rol de tanta exactitud y eficacia era el ideal para esta mujer!!

P.D.:Lo màs notable es que continuò con su vida y pudo graduarse en otra de sus pasiones,la historia...

BESITOS MI DULCE CABALLERO ;)

Georgells dijo...

Situaciones extraordinarias, exigen también conductas extraordinarias.

Se dice fácil 300 personas. 36 francotiradores. Quizá hasta se "vea" fácil, dispararles a la distancia. Pero al final queda uno con su consciencia y, hombre o mujer, soldado o no, fueron 300 vidas que uno quitó. Quizá algunas noches de su vida, no hayan sido fáciles...

Las primeras fotos revelan una mirada dulce y un rostro inocente. En sus últimas fotos, en cambio, se nota que el gesto ha endurecido, la mirada está vieja, sin brillo y la sonrisa se ha ido.

Después, ya como historiadora, ¿habrá dado clases? ¿Te la imaginas como maestra, a punto de imponer un examen? Quizá recorría el salón con los mismos ojos cazadores, determinando sus siguientes blancos... jeje.

Abrazo!

G.

Miguel F. Barrios. dijo...

umm mi amigo.. que interesante... No tenía la más remota idea de esta historia.. Pero como siempre.. Excelente,

Amorexia. dijo...

una mujer que dejo huella hiostorica en un sitial donde todavia hoy hay pocas mujeres consumadas.

deshora.-

Abril Lech dijo...

Mirá qué lindo tenerla de esposa y que no te guste lo que te cocinó, jajaja

Gabiprog dijo...

Bueno..., mejor tenerla de contrincante en tiro olimpico...

 
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